Un plan contra el Plan Bolonia

Llevo casi 15 años impartiendo clase en la Universidad de Barcelona y en alguna otra escuela de por ahí. Durante todo este tiempo, y sobretodo desde que se puso en marcha el Plan Bolonia, la universidad se ha ido convirtiendo a pasos acelerados en una empresa. Día a día, la lógica mercantil ha ido desplazando a la lógica educativa.
Este descentramiento hacia los valores de la competitividad y de mercado produce efectos reales en los comportamientos de mis alumnos. A día de hoy, son más clientes que alumnos y todos se mueven bajo un mismo mandato: “Sálvese quien pueda”. Bolonia nos ha desplazado del reino de los valores culturales a la tierra negra del valor económico donde el interés personal está siempre por encima del interés general y donde todos somos rivales de todos.
La situación nos supera, no sabemos bien cómo resistir a esta corriente tan fuerte. Yo, de momento, he tomado una decisión: este año impartiré mi asignatura Políticas artísticas también fuera de universidad, en un lugar donde no sea necesario matricularse y al que se llegue atraído por el interés y las ganas de aprender, no porque queda bien en el Currículum.